Hay momentos en que la locura, un mal día o un te hecho con hongos alucinógenos nos lleva a pensar que nuestros camaradas son viles recipientes de Satán, por lo cual no es una mala idea arrancarles el corazón mientras aun respiran.
Pues este ultimo fue el caso de Jarrod Wyatt, un luchador de jaula norteamericano, que vio al maligno en los ojos de su compañero de entrenamiento, Taylor Powell, por lo cual opto por hacer lo mas lógico que uno puede hacer en ese tipo de situaciones, arrancarle el corazón mientras aun vivía.
Eso si, hizo un desastre de su camarada, ya que al llegar la policía al lugar de los hechos se encontró con Jarrod desnudo sobre el cuerpo de Taylor, al cual le había arrancado la legua, parte de la cara, pedazos que estaban esparcidos en un charco de sangre alrededor del vago.
Jarrod indico que tomo un te hecho con hongos alucinógenos, por lo que esta convencido de que Taylor estaba poseído por el demonio. El resultado de la autopsia revelo que Taylor murió desangrado después de que le arrancaron el corazón, revelando que aun vivía cuando le abrieron el pecho y le arrancaron el corazón.
Y por si fuera poco, Jarrod agarro y cocino el corazón de Taylor junto a otros órganos, solo por si aun seguía con vida. A todo esto su abogado defensor alega que los hongos son los culpables y que Jarrod no estaba en el completo uso de sus facultades.
Aun así, le cayeron cargos de asesinato en primer grado, así como de tortura, por el hecho de que Taylor aun vivía cuando le arrancaron el corazón.
Y la verdad, muy psicópata la cosa, y muy zarpado el exorcismo, el cual me hizo acordar…